¡Uy! Sin duda uno de los días mas esperados por los peques, y seguramente en éste momento estarán abriendo sus regalos y poniéndose a jugar... ¡Qué maravilla es ser niño! Pero a veces no hay necesidad de ser un niño para vivir un día de Reyes. El día de ayer Ale y yo hemos estado un ratito juntos y aprovechamos para hacer nuestra carta, donde yo previamente en la mañana había comprado unos globos, rosa para ella, azul para mí. Nos hemos sentado en la mesa y escrito lo que queríamos de regalo, vaya, ¡habíamos pedido lo mismo! Subimos a la azotea de casa y buscando el mejor sitio para soltar los globos sin temor a que se atoraran en algún poste telefónico o rama de árbol. Ale encontró el punto exacto y tomados de la mano, los soltamos.
Curiosamente los globos iban subiendo en dirección opuesta a dónde soplaba el viento y se dirigieron a la estrella que mas brilla en ese momento, y los seguimos con la vista todo el trayecto cuando de pronto desaparecieron. Increíble, sí, así lo vimos, así lo vivimos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario